martes, 28 de agosto de 2007

Falsas creencias

1-La gimnasia localizada ayuda a reducir la grasa en zonas específicas.
FALSO
Esta gimnasia es muy buena y efectiva, porque modela y tonifica pero no quema grasa porque no se trata de un trabajo aeróbico. No hay estudios que demuestren que el tejido adiposo subcutáneo disminuya con trabajo muscular localizado.

2- Una de las partes del cuerpo que más cuesta modelar son los glúteos.
VERDADERO
A la mayoría de las mujeres les cuesta fortalecer y dar forma a los glúteos, debido a que son músculos que pierden tonicidad rápidamente, más aún en personas sedentarias. Como en todo hay excepciones y en eso la genética juega un papel fundamental. Por otro lado está relacionado con la edad: cuanto más tiempo transcurre sin ejercitarlos o se lo comienza a hacer a mayor edad, más cuesta obtener el resultado esperado.
Para poder conseguirlo es necesario realizar gimnasia localizada con constancia y adecuada para la edad y entrenamiento. Caminar rápido, subir escaleras, andar en bicicleta, bailar y nadar son grandes aliados.

3- Hay ejercicios para levantar el busto.
FALSO
Los ejercicios para los músculos pectorales sirven para mantenerlos firmes, pero en el caso de las mujeres, no levantan o aumentan el volumen del busto. Sin embargo, con una musculatura tonificada, se logra un mejor sostén para las mamas, esto, a la larga, contribuye a la prevención de la caída y de la flaccidez. A su vez, si la espalda y los hombros se mantienen derechos, se muestra una mejor actitud postural y un aspecto físico más elegante.

4- Cuanto más abdominales se hagan, más grasas se queman.
FALSO
Para reducir la grasa abdominal, hay que hacer actividad aeróbica (caminata, bicicleta, trote, etc.) un plan de alimentación y fortalecer los abdominales, para que, cuando baje la grasa, se empiece a marcar el corsé abdominal. La idea de que la grasa se reduce con abdominales es un mito.

5- La zona del cuerpo que más les cuesta bajar a los hombres es el abdomen.
DEPENDE
Hoy en día, el principal problema para el hombre es la panza (la denominada “obesidad central”); no solo desde el punto de vista estético sino además desde la óptica de la salud. Tener panza significa un incremento de grasa no solo subcutánea sino también visceral, profunda, que se infiltra entre las fibras musculares y los órganos internos, aumentando el riesgo de enfermedad cardiovascular y diabetes tipo 2.
Lo positivo es que, aunque parezca extraño, la grasa abdominal es más fácil de bajar que aquella que se acumula de la cintura para abajo. Para reducirla, es necesario disminuir el consumo de grasas y azúcares y combinar una alimentación sana y moderada con ejercicio aeróbico, ya sea salir a caminar o hacerlo en la cinta, bicicleta fija o de paseo, natación y/o baile.

Con estos datos podemos darnos cuenta que existen muchas falsas creencias con respecto a la actividad física, alimentación e hidratación. Por eso antes de comenzar con cualquier actividad física no olvide el chequeo médico y consulte siempre a un profesional de la actividad física.

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