martes, 9 de octubre de 2007

Hermosas experiencias

Este cuento, escrito por una alumna de la Escuela Nº 1, llegó a mis manos de casualidad. No he logrado ni una sola vez, terminar de leerlo sin emocionarme. Quizás porque soy partícipe de esta historia, quizás porque me siento privilegiado al trabajar con niños, quizás porque confirmo que los niños nunca terminan de sorprendernos.
Es por eso que he decidido compartirlo con ustedes.
Que lo disfruten.
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UNA NUEVA INQUILINA

Nosotros, en cuarto, éramos infernales, inquietos y nos gustaba expresar nuestros supuestos talentos. Un día, inesperadamente, ingresó una compañera nueva, pero con una diferencia, “no era como nosotros”.
A pesar de ser bella, de pelo lacio y resaltante, era sorda.
Algunos ya la habían visto en otras ocasiones, porque vivía en mi barrio. Para nosotros ella era una extraña, con su audífono, su forma de estar callada y muchas otras cosas, las cuales nosotros no hacíamos. Ella se sentó conmigo, que me prestaba para todo lo desconocido y mucho más si era alguien muy diferente a mí. Ese día tuvimos Educación Física, el Profesor, que ya entendía de esto, comprendió que ella no deseaba hacer gimnasia. Por medio de esa clase nos conoció a todos. Sobre todo a los que se hacían los capos para impactar a las niñas, los “sin ganas”, deprimidos, aburridos y a los que realmente les gustaba compartir las clases. Poco a poco se fue animando y era la arquera perfecta para jugar al hándball. Todos tratábamos de ponernos con ella, así fue como participó en la selección deportiva de la Escuela. Era la mejor dibujando, sin contar su inteligencia y su linda letra. Todos nos hicimos amigas y amigos de ella, sobre todo los varones, que se peleaban por prestarle la cascola o algún útil escolar. La ayudamos y la protegimos porque era la amiga preferida de todos y nos divierte porque es muy hábil. Además ha vivido experiencias que ninguno de nosotros las podríamos vivir. Aprendió nuestros nombres y los pronuncia perfecto, aprendió diseños de muestra que le enseñó Romina, y otros garabatos. Ahora que ya estamos en quinto y es una excelente alumna sin contar que tiene doble esfuerzo, no sólo en la clase sino porque ella en las tardes va a clases de discapacitados auditivos. Pero en el largo tiempo que hemos estado nos enseñó el significado de la palabra “normal” y nos dimos cuenta que nosotros no somos de ese grupo. A pesar de tener intactos nuestros cinco sentidos no somos correctos. Matías tiene un oído sordo y es desatento, Rebecca habla hasta por los codos, Romina chilla si se ve sangre y le teme a todos los animales, se puede decir que es animalofóbica, Mariana es experta en porrazos y yo mejor ni hablo porque me tendrían que dar el premio Nóbel a la más desprolija y con faltas de ortografía. Todos esos son defectos que no creo que con esfuerzo y ganas no se puedan mejorar, pero a ella le es más difícil, aunque con ganas y esfuerzo también puede ser “normal”.
Su nombre no importa, porque sea el nombre que te puedas imaginar, ella es fabulosa y eso es lo que cuenta. Pero como siempre dejar intrigas no me agrada, te lo diré: se llama PRISCILA.

DE EVELYN PARA SU AMIGA PRISCILA

2 comentarios:

Loly dijo...

Que hermoso!!!
Esas chicas, tanto Priscila como la autora, son estupendas.
¡Que suerte tenés Marcelo de conocerlas!

andreina dijo...

la verdad qoue es muy lindo!a mi particularmente me emociono la verdad es que se aprenden muchas cosas de las experiencias de los demas.andreina